Mosaico

 

 

    Era un arte menor relacionado con la pintura, como los mosaicos de pavimento que los cristianos tomaron también del arte clásico, introduciendo nuevos elementos iconográficos.

    Algunos de estos mosaicos, que provienen de las catacumbas, no tienen ningún signo cristiano pero, en cambio, en un gran mosaico de una sala de una casa romana del Quirinal, se puede observar, algo disimulada, la cruz en torno a la cual se reúne una multitud de peces que simbolizan a los creyentes.

    Los vidrios con dibujos en oro, que se han hallado en su mayor parte en las catacumbas corresponden a los últimos tiempos del arte preconstantiniano. El arte cristiano comienza a manifestarse también en medallas y objetos de bronce como candelabros o lucernarios, destinados a usos litúrgicos o para iluminar los cubículos en las catacumbas.

    En resumen, en lo que se refiere a Roma, puede afirmarse que el arte cristiano primitivo se hallaba muy unido al arte profano, del que tomó los medios de expresión, la técnica y los conceptos, y fue transformando, poco a poco, con su nuevo espíritu.

 

 

 

 

Mosaico del Buen Pastor

 

Mosaico paleocristiano que muestra a Cristo como buen pastor.

Con el Edicto de Milán el emperador Constantino acepta al cristianismo, lo que conlleva el abandono de las catacumbas por parte de un arte obligado por la criptografía de los símbolos. La luz de día recompondrá la estructura artística desde los frescos iniciales hasta el mosaico cuya duración es mayor y en clara influencia Bizantina. La técnica del mosaico consiste en componer dibujos con pequeñas piezas (vidrios la mayor parte) de colores que se van pegando en un fondo de yeso uno a uno. Esta técnica había sido utilizada ya por Griegos y romanos, pero se limitaba a componer pavimentos con trozos de mármol de color, sin llegar a la viveza de colorido paleocristiano. La rápida construcción de basílicas provocó la necesidad de cubrir amplios paños de estas con decoración al fresco o con mosaicos, lo que conlleva una necesidad técnica que no podrán asumir los pintores de las catacumbas y que serán encargadas a los arquitectos. Destacamos la aparición de la figura del buen pastor, elemento que simboliza la figura de Cristo que pasta con un rebaño de ovejas (los fieles) y que sigue vigente en la actualidad. Estos ejemplos se resumen en el mosaico del buen pastor del mausoleo de Gala Placiadia de Rávena, que nos muestra un Cristo en actitud placentera y serena, todavía con la rigidez del clasicismo en la forma del cruce de sus pies o el apoyo del báculo y la mano cruzada.

 

 

En este mosaico paleocristiano se figura al difunto en un arquillo rebajado, como en algunos sarcófagos del Sur, vestido con su dalmática blanca, símbolo de su carácter clerical; porta un volumen en la mano derecha y con la izquierda bendice, como representación de quien ya ha alcanzado la gloria y por ello aparece en un fondo vegetal que indica el Paraíso. La inscripción dedicatoria es bastante rutinaria, pero la decoración del recuadro y algunos detalles más lo ponen en relación directa con los mosaicos pavimentales. Se fecha en el siglo IV y sigue modelos africanos.

 

 

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